La Unió Llauradora ha solicitado a la Subdelegación del Gobierno en Alicante que convoque el Grupo de Trabajo provincial de Seguridad en el Ámbito Rural para abordar la problemática de los robos en el campo, justo ahora que están en plena de campaña de recolección cultivos tan importantes para la provincia como los cítricos, aceitunas, almendras, granadas o la uva de mesa, entre otras.
La organización considera que es el momento adecuado para aumentar la vigilancia y establecer una estrecha colaboración y coordinación entre los agricultores y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en particular, los Equipos ROCA destinados a los robos en el sector agrario.
Este año los efectos de la meteorología, sobre todo la sequía, ha provocado una disminución de la producción de los cultivos, principalmente de aceituna y de almendra, pero también los cítricos se han visto afectados y se constata una evidente merma de producción. A estas campañas hay que añadir la de la uva de mesa del Vinalopó, uno de los productos emblemáticos de la provincia de Alicante en estas fechas. La producción que ha quedado debe soportar todo el aumento de los costes de producción provocadas por el encarecimiento de los inputs (gasóleo, fertilizantes, fitosanitarios, etc.).
Los agricultores han trasladado a LA UNIÓ su inquietud ante la posibilidad de una oleada de robos por la subida de precios originada por los descensos de cosecha. Esta situación conlleva un grave problema económico para las personas agricultoras, ya que, a pesar del aumento en el precio de su cosecha, la baja producción y el incremento de los costes derivados del conflicto bélico en Ucrania, hacen que la rentabilidad sea muy ajustada, en el mejor de los casos.
Además, existe la preocupación por la seguridad alimentaria de los consumidores, ya que se aplican tratamientos fitosanitarios con un período de persistencia durante el cual no se debería poner la fruta a disposición para el consumo. La comercialización legal es por tanto la única forma de garantizar la trazabilidad a través de los registros y controles existentes en la cadena alimentaria.
LA UNIÓ indica que ese posible aumento de los robos, junto a la disminución de cosecha por problemas meteorológicos en la mayor parte de producciones, provocaría la pérdida de ingresos para las personas afectadas después de todo un año de intenso trabajo. Señala además que los robos se suelen cometer a pequeña escala para que sean considerados como hurtos y no robos, evitando consecuencias penales para los delincuentes.
La organización agraria señala que la seguridad en el ámbito rural es una inquietud que pesa sobre aquellos que se dedican profesionalmente a la actividad agraria. El temor al robo en las instalaciones y maquinaria, así como el hurto en las producciones, e incluso la integridad personal, es una preocupación constante en las zonas rurales de Alicante. En no pocas ocasiones, la falta de seguridad y los robos son considerados como un problema añadido de gran relevancia que afecta a las explotaciones agrícolas.














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